Hola Carlos. Ahí va la crónica:
El grupo de veteranos de A.D. Sprint que entrena en Santa Ana ha disfrutado de un crecimiento exponencial en los últimos años. Mucho ha llovido (para alegría de Eusebio) desde que se formó aquel grupo primigenio del que aún perduran los irreductibles Eusebio, Javi Durán, Carlos Vara, Olga… Poco a poco el grupo fue creciendo, pero ha sido en estos dos o tres últimos año cuando se ha ampliado hasta formar una gran familia… de 54 locos por el atletismo popular (según última actualización del grupo de whatsapp).
En un grupo tan numeroso, hay gran variedad de niveles y objetivos, pero según puede verse en los entrenamientos, en las carreras y en las crónicas posteriores, nadie se deja nada en el tintero. Resulta muy estimulante compartir esfuerzos por conseguir lo que cada cual se ha propuesto, sea mejorar la marca, terminar la carrera, recuperarse de una lesión, o simplemente… disfrutar.
Como toda familia que se precie, este grupo tiene sus ceremonias, rituales y festividades, siendo la principal de ellas la peregrinación anual al Medio Maratón de Fuencarral-El Pardo “el nuestro”. Esta carrera, que en su XXXV edición se celebró este pasado domingo, presenta para nosotros numerosos alicientes. Sí, es verdad que la meta ya no se encuentra en la pista de Santa Ana, pero la carrera discurre por nuestro queridísimo monte de El Pardo, escenario de muchos domingos de gozo y sufrimiento a partes iguales. Y cuenta con el lujo de recibir los auxilios y ánimos de amigos y familiares al llegar a la portilla de El Pardo y al atravesar el barrio de Montecarmelo, del que muchos son vecinos.
Así que este domingo, 19 sprinteros de este grupo (si no he contado mal en las fotos), un año más, nos hicimos la foto de rigor, calentamos nerviosos, nos apiñamos en la salida para darnos calor físico y moral, y a las 9 de la mañana dimos rienda suelta a los nervios Cardenal Herrera Oria abajo. El resultado: cuarto club por tiempos de llegada, pero sobre todo, una buena dosis compartida de ilusion, sensaciones, emociones, risas, llantos, abrazos, quejíos y lamentos, que echamos a la mochila… hasta la próxima.
