Nuestro brillante veterano, Miguel Arenas, vuelve a sorprendernos corriendo por tercera vez en su vida una carrera de 24horas sin parar. No deja de sorprendernos con su fortaleza física y mental. Os dejamos su crónica para que disfrutéis de su experiencia!! Enhorabuena Miguel!!
Cuatro años después de mi segunda prueba de 24 horas afronte la tercera. En mi cabeza estaban las marcas de las dos anteriores, pero en cuanto comenzó la carrera comprendí que esto iba a ser otra cosa. El circuito era de tierra y siempre girando en el mismo sentido. La prueba individual y por equipos era por el mismo camino. Ahí coincidíamos los que íbamos corriendo por encima de 6 o 7 minutos/km con los que iban a cuatro ya que se daban relevo cada pocas vueltas.
Se empieza con incertidumbre tratando de poner el freno de mano y reservar fuerzas. La cabeza buscas ponerla en un estado de «coma inducido» para que no sea consciente de lo que haces. Se tienen diferentes fases de abatimiento e increíble recuperación. Lo peor, las horas nocturnas, en las que «juras» no repetir esto. Con la llegada de la luz, parece que el cuerpo entiende que es hora de despertar y renacen las fuerzas y en las dos últimas horas crees que vas como al principio, aunque es una ilusión que desmonta e cronómetro. Innumerables anécdotas, comer, cenar y desayunar andando para seguir acumulando kilómetros, que de esto se trata. ¡Que rica me supo la cerveza a las 10 de la noche junto con el arroz con pollo!
En definitiva tras 162 vueltas de un kilómetro corriendo, marchando y andando, prueba superada. Hoy, un día después, espero poder subir y bajar escaleras con normalidad y poco a poco volver a mi estado natural.
Reto conseguido y ahora a por el segundo reto: descansar unos días por Galicia y comer bien.
